La sinestesia o metáfora sinestésica es un forma de expresión de estilo retórico, así como una peculiaridad asociada a la percepción de las entradas sensoriales. Es una figura de estilo que se relaciona con la mezcla de numerosas experiencias sensoriales. Así, los sonidos pueden saborearse y los colores pueden olerse. Este recurso estilístico se asocia con el Romanticismo, pero puede verse en una variedad de épocas y géneros.
Conceptos y ejemplos de la Sinestesia
La frase procede del griego antiguo (o synaisthanomai), que significa «percibir simultáneamente» o «empatizar». Por tanto, la traducción muestra el significado de la figura estilística: la transmisión simultánea de varias percepciones sensoriales dentro de una obra literaria. Veamos un ejemplo para mostrar de qué estamos hablando.
Las campanas nunca suenan más dulces que en Navidad. Este ejemplo contiene los dos primeros versos de la primera estrofa de un popular villancico. El adjetivo dulce y el verbo sonar están unidos en el primer verso. Las campanas suenan deliciosamente. Por otra parte, la dulzura se percibe mejor a través del sentido del gusto, mientras que el sonido se obtiene a través del sentido del oído. En consecuencia, la dulzura de un sonido se pierde.
En consecuencia, en este caso se mezclan dos percepciones sensoriales diferentes. Como resultado, lo representativo se percibe sensorialmente. Como resultado, el sonido adquiere una experiencia gustativa, que es similar a la metáfora y la personificación (véanse los ejemplos de metáforas). Otro ejemplo.
Escucha de nuevo la flauta y el murmullo de las aguas frescas, ¡Silencio, silencio, escuchemos!
El verso anterior está tomado del poema Abendständchen de Clemens Brentano. En esta pieza se utilizan diversas figuras estilísticas. El lamento personifica la flauta, las fuentes surgen onomatopéyicamente, y la duplicación de la palabra quietud es una geminatio, en la que el poema sigue la rima cruzada. Sin embargo, la combinación de oro y sonidos también puede provocar sinestesia.
En este caso, también se vinculan dos sensaciones sensoriales. Los tonos, por su parte, sólo pueden oírse y no verse. El dorado, en cambio, sólo puede verse con los ojos. El sonido se transforma en una experiencia visual. Por último, consideremos un ejemplo de Eduard Mörike.
La nana, la nana, la nana, la nana
Tiene sueño y no presta atención; el azul del cielo le suena aún más dulce.
La sinestesia también puede verse en este pasaje del poema Um Mitternacht. El azul, como elemento visual, se traslada aquí al dominio de lo auditivo (audible). Además, cuando el azul se caracteriza como agradable en el poema, se vincula al sentido del gusto. También en este caso, el personaje permite la captación de un color por otros sentidos, que de otro modo sería imposible.
Cabe señalar que la conexión de numerosas experiencias sensoriales puede reforzarse mutuamente. Además, lo que es ordinariamente simbólico puede ser absorbido y comunicado sensorialmente, es decir, emocionalmente.