Lo primero que tienes que saber sobre cómo rezar el rosario al Espíritu Santo es que este es diferente del Santo Rosario Cotidiano, el cual está compuesto por cinco misterios divididos en cuatro grupos en los cuales demostramos nuestra fe a Dios.
Pues bien, en el caso de rezar el rosario al Espíritu Santo, estamos rezando a la tercera persona de la Santísima Trinidad, a diferencia del Rosario Cotidiano. Aunque claro, la cosa no acaba ahí, ya que rezar el rosario al Espíritu Santo nos ayuda a establecer una conexión única y especial entre nuestra alma con el Espíritu Santo, algo importante si queremos ser buenos cristianos.
Así mismo, es capaz de hacer tanto nuestra fe como nuestra devoción cristiana aumente, una razón más que suficiente para seguir este camino de rezos.
Rezar el Rosario al Espíritu Santo
Ahora bien, es importante entender que Rosario se traduce como “corona de rosas”. Esto se debe a que cada vez que se realizan estos rezos se podría decir que se está dando un rosa al Espíritu Santo, estableciendo una simbología.
Es por esta razón que también es considerado uno de los principales rezos para cualquier cristiano. Además, cuenta con la ventaja de que al hacer se están realizando simultáneamente dos acciones a la vez. Esto se debe a que por un lado al rezar el rosario al Espíritu Santo estaremos reflexionando sobre los misterios y por el otro estaremos rezando a nivel verbal oraciones.
Cómo rezar
Para poder orar el rosario al Espíritu Santo sólo tenemos que orar en siete grupos divididos cada uno en siete cuentas. Son siete debido a los siete dones del Espíritu Santo
Esos 7 grupos corresponden a los 7 dones que forman el Rosario al Espíritu Santo. Además, antes de cada grupo encontramos una cuenta más grande que también corresponde a una oración en específico.
Para esto podemos valernos de la oración ven Espíritu Santo.
Ven espíritu Santo
Ven, oh creador
Llena de tus fieles las almas
Visitalas con tu gracia divina
A todas ellas, las cuales creaste.
Tú, nuestro paráclito,
Fuente de vida,
Llénanos de tus siete dones,
sé el huesped amenos de nuestras almas,
Convierte tu manto en refugio de todo mal,
Cede tu luz y tu sabiduría como nuestra guía
Untanos con tu espíritu de devoción. Amén.