Se le da el nombre de cuerpos de agua a las diferentes formas en las que podemos encontrar este vital recurso en la naturaleza y medio ambiente, bien sean superficiales, subterráneas, marinas o polares. Sus comportamientos determinan las condiciones y formas de vida presentes en cada uno de ellos.
El ecosistema con cuerpo de agua se define como aquel en el cual los componentes vivos desarrollan sus actividades en el medio acuático, salado o dulce. Estos tienen por biotipo algún cuerpo o forma de este vital liquido como mares, océanos, ríos, lagos, pantanos, arroyos y lagunas, entre otros. Sin embargo, los dos más destacados son los marinos y los de agua dulce.
Tipos de cuerpos de agua
Las aguas superficiales son aquellas que componen o integran ríos, lagos, lagunas y estanques, provenientes de las precipitaciones que caen en determinadas cuencas hidrográficas o receptoras. Es decir entonces que se trata de todo caudal de agua dulce, corriente o estancada, que se localice sobre la superficie terrestre.
Por su parte las aguas continentales son las que se localizan, tal y como su nombre lo indica, en los continentes y se caracterizan por ser circulares en estados líquido (ríos, torrentes, aguas salvajes o subterráneas) y sólido (glaciares), así como las estancadas. A su vez pueden tener diversos peligros del ecosistema acuático
Las aguas subterráneas son las de lluvia que caen sobre los terrenos permeables y van progresivamente penetrando en ellos bajo la acción conjunta de la gravedad y capilaridad hasta hallar un sustrato impermeable. Cuando este recurso se acumula constituye lo que se conoce bajo el nombre de capa acuífera.
Aguas marinas y oceánicas son las que integran todo el caudal de saladas que recubren la mayor y más extensa superficie terrestre. Los océanos son cinco: Atlántico, Pacífico, Índigo, Antártico y Ártico, además de los mares y sus prolongaciones hacia los continentes. Más del 85% de la humedad que ingresa a la atmósfera se evapora de la superficie de estos océanos y el 15% restante de la tierra.
Las aguas oceánicas son grandes y extensas masas que separan los continentes y de los cinco el más grande es el Pacífico con una extensión de más de 180 millones de kilómetros cuadrados que supera la dimensión total del conjunto de continentes. Los mares por su parte son zonas próximas a las costas, casi siempre sobre la plataforma continental de poca profundidad que por razones históricas o culturales tienen sus nombres propios.