Es importante poner en práctica todos los días la oracion de la mañana católica y sobretodo hacerlo bien, como lo hacía Cristo y con Cristo, los discípulos cuando veían rezar a Jesus, podían escuchar las palabras con las que este se dirigía a Dios y el tono con el que lo hacía, dentro de sus forma de dirigirse a su Padre se podía percibir ternura, amor, confianza, reverencia, inmediatez y sumisión filial, todo esto acompañado de hermosos gestos.
Jesus fue precisamente el encargado de enseñarnos, a través de la oración, lo que se debe desear y pedir, incluso el orden en que debemos hacerlo, pero también nos enseñó con qué actitud y carga afectiva debemos dirigirnos a Dios.
Algunas actitudes que se deben tener para rezar
Las siguientes son algunas de las actitudes que se deben tener para rezar, las cuales están basadas en lo que Jesus nos enseñó:
Rezar sintiéndose amado
Cuando se ora es importante tomar en cuenta que es a Dios a quienes tenemos delante de nosotros, es decir, un Padre bondadoso, paciente, compasivo, generoso e interesado en el bien de cada uno de nosotros y no una persona déspota, humillante, autoritaria e hiriente, por esa razón, cuando oramos debemos mostrarnos puros de corazón y convencidos de que estamos siendo escuchados por alguien que nos ama incondicionalmente.
Rezar con conciencia filial
Fue Cristo quien nos enseñó que no sólo es el Padre, sino que para él todos somos sus hijos, de hecho por la iglesia católica todos somos bautizados y adoptados como hijos de Dios, es de esta manera en la que debemos comunicarnos con él, como sus hijos, es decir, con ternura filial, pero no sólo basta con llamarlo Padre, también debemos comportarnos como hijos del creador.
Rezar en compañía de la familia
Cuando rezamos debemos tener conciencia de que no estamos solos, sino que estamos junto a Cristo y toda nuestra familia y que junto a ellos podemos rezar unidos la oración de la mañana, para mostrarnos agradecidos y con especial interés de mantener comunicación constante con Dios.
Rezar con actitud de bendición y alabanza
Antes de dirigirnos a Dios y pedirle favores a través de la oración, es importante que lo alabemos por una única razón, que debe ser alabado, es lo que nos corresponde como hijos que guardan una estrecha relación con él, por ello, debemos dar gracias por todo lo recibido antes de incorporarnos en la oración.