Esta raíz verde y típica de la gastronomía japonesa es mucho más que un simple condimento, gracias a las facultades que se le han atribuido tradicionalmente en el tratamiento de patógenos, hongos e incluso células cancerígenas. Más allá de ser la pasta verde que complementa icónicas preparaciones de la cocina japonesa, posee la capacidad de curar determinadas afecciones y dolencias.
La Wasabia Japónica es una exótica raíz que fue utilizada en Asia durante muchos años como medicina tradicional o natural, debido a sus múltiples beneficios y aportes a la salud de las personas.
Características de la Wasabia Japónica
Científicamente se le conoce también por los nombres Eutrema japonicum o Cochelaria wasabi. Pertenece a la familia de las brasicáceas y en consecuencia es pariente del nabo, la mostaza y el repollo. Se da exclusivamente en Japón y la Isla Sajalín y crece en el agua y no en la tierra. Requiere de abundante agua fría, limpia y en constante movimiento para desarrollarse.
La mayoría de los cultivos o plantaciones de la wasabia japónica se encuentran sobre ríos y arroyos que garanticen el flujo constante de agua debajo de las plantas. Es un producto muy costoso debido a lo delicado y complejo de su cultivo y de allí que muchos fabricantes elijan rendirlo con rábano picante para abaratar los costos de producción y comercialización.
Origen milenario del wasabi
Se dice que gracias a las propiedades del wasabi, su origen es milenario y se remonta a excavaciones arqueológicas que permitieron confirmar que los japoneses lo consumían en el período de Jomón que va desde el 14.500 a.c. al 400 a.c., cuando ya se conocías los efectos esterilizantes y antisépticos de esta raíz que crecía en los arroyos de las montañas. Para mayor información visita: https://www.wasabi10.com/
Sin embargo, sigue siendo un misterio cual fue el sitio originario de los primeros cultivos de la wasabia japónica y lo poco que se sabe apunta al hecho de que fue en Utogui que era un pueblo de montaña en la parte alta del río Abe en la prefectura de Shizuoka. Según cuenta la leyenda un granjero de Utogui decidió cultivarlo y se lo mostró a un caudillo japonés de la época que al probarlo quedó fascinado con su sabor y propiedades y decidió declararlo, después de convertirse en Shogun, en un tesoro para ser cultivado exclusivamente en ese lugar.