Todos los seres vivos de la tierra necesitan descanso, funcionamos con energías, energías que agotamos y recuperamos, bien sea con alimento, con sol, con horas de sueño, con descanso, eso dependerá que que planta o animal somos, sin embargo, las grandes ciudades nunca duermen, y por lo tanto sus habitantes tampoco podremos dormir.
Los Árboles de la Ciudad no Pueden Descansar
Los árboles no descansan como lo hacemos los animales, ellos necesitan de la oscuridad para completar un ciclo que incluye unas horas de oscuridad y reposo, durante la ausencia del sol, los árboles descansan de la presión del agua que contienen (presión turgencia). Los árboles deben descansar las ramas que sostienen durante todo el día con el propósito de recibir energía solar.
En efecto; una reflexión abierta para todos los que vivimos en grandes ciudades ¿De verdad nos merecemos los árboles que nos rodean? ¿Podemos hacer algo contra la contaminación lumínica Somos un deterioro constante contra la madre naturaleza aún cuando estamos dormidos en nuestra cama.
El Estudio que demostró que los Arboles Duermen
Un equipo multidisciplinario integrado por investigadores y científicos de distintos países (Hungría, Austria y Finlandia), fueron los afortunados que mediante escáneres ultrasensibles, captaron cambios imperceptibles, que el ojo humano no podría jamás notar, dentro de las evidencias y resultados encontrados, se detectó que los árboles se inclinan más de 10 centímetros durante la ausencia del sol y vuelven a su lugar al amanecer.
La Luz Artificial no Permite que los Árboles Prosperen
Los árboles necesitan la luz para saber la hora del día y la estación en la que se encuentran, y necesitan la oscuridad para ser polinizados por insectos nocturnos, entonces, si reciben luz eternamente, eternamente vivirán en primavera. Un estudio realizado por el Instituto del Medio Ambiente y Sostenibilidad de la Universidad de Exeter (Reino Unido), demostró que los árboles de las grandes y luminosas ciudades no saben con exactitud cuando hacer la fotosíntesis y la floración.
Los árboles son los encargados de generar el oxígeno para purificar el aire que respiramos, o por lo menos para eso son plantados en las ciudades, también nos regalan sombra en los días soleados de verano, según un estudio de la Universidad del Estado de Nueva York, los árboles de la ciudad aportan en servicios (sombra, frescura y oxígeno) unos 500 millones de dólares por kilómetro cuadrado al año.