Una vez se presenta un nivel por debajo de lo normal de eosinófilos en sangre, es posible hablar de una condición llamada eosinopenia, la cual traducida en palabras más sencillas, no es otra cosa que eosinófilos bajos. Sin embargo, antes de adentrarnos en las profundidades de esta manifestación, es preciso anotar que las células denominadas eosinófilos son aquellas que se desarrollan en la médula ósea para hacerse cargo de funciones tales como la detección de virus, parásitos y patógenos en general que puedan atentar contra el equilibrio del sistema inmunológico.
Debido a que se trata de glóbulos blancos también reconcidos como leucocitos, una vez que sus valores en sangre disminuyen, este cambio es interpretado como una clara señal de defensas bajas y de una serie de enfermedades subyacentes que veremos más adelante.
Causas de la eosinopenia
Son muchas las razones por las que puede darse la eosinopenia, el inicio de una infección aguda es por ejemplo una de las causas más comunes, pero también pueden señalarse otras tal y como es el caso de los tratamientos que adoptan esteroides como base y afecciones que alteran el sistema inmunológico como la anemia, la leucemia, el VIH y patologías producidas por bacterias, protozoarios, y otros parásitos o gusanos.
Si consideramos el hecho de que una cantidad menor a 50 células por microlitro de sangre es la prueba de la existencia de eosinopenia, un diagnóstico pertinente facilita las cosas para que todo pueda regresar a la normalidad. Por supuesto, tal y como se nos muestra en https://www.eosinofilos.info no debe pasarse por alto que en estos casos lo primordial es tratar la enfermedad promotora de este desequilibrio para dar con una solución realmente efectiva.
Tratamientos recomendados para eosinófilos bajos
Las primeras recomendaciones que el paciente va a escuchar, corresponden a asegurar un estilo de vida mucho más sano en el que exista espacio para la adecuada alimentación, las correspondientes horas de sueño y los momentos para la actividad física. Paralelo a ello, surgen opciones naturales bastante eficientes como la miel, el jugo de naranja con zanahoria y el ginseng.
De la mano del profesional de la salud y con un cuidado juicioso, es posible darle manejo a la eosinopenia y de acuerdo a las características de la enfermedad subyacente, poder tratarla acertadamente hasta encontrar el camino para seguir con el día a día de la manera más normal, de ahí la importancia de los controles médicos de rutina.