Puesto que la escritura y la lectura van de la mano, los signos de puntuación son una parte esencial para que ambas acciones ocurran con la suficiente fluidez y estructura como para que el mensaje pueda ser comprendido. Puesto que son algo inherente del día a día, pocas veces reflexionamos sobre su relevancia y lo mucho que nos sirven; así las cosas, la cita de hoy es para descubrir algunos datos interesantes sobre los signos de puntuación que seguramente nos ayudarán a preocuparnos por darles cada vez un mejor uso.
Considerando que viviríamos en constante confusión si ellos no existieran, el punto, la coma, los dos puntos y el punto y coma son tan solo algunos de los excepcionales recursos que tenemos a nuestra disposición para hacer menos frustrante la relación con la comunicación. De ahí que sea tan relevante dar un vistazo a lo que se encuentra en https://signodeinterrogacion.com/ para aclarar posibles dudas.
Los signos de puntuación y su historia
Se cuenta que fue en el siglo III a. C en Alejandría, cuando Aristófanes propuso incluir una serie de anotaciones en los textos para que estos fueran más livianos, se prestaran para modificar la tonalidad de la voz y dejaran de ser vistos como agrupaciones de palabras sin sentido que era justamente lo que provocaba que muchos líderes de la época se rehusaran a leer y prefirieran dar discursos a viva voz. Fue así como surgió la idea de acudir a un punto arriba, en medio y debajo, puesto que los griegos no gustaron de este método fue solo hasta la llegada del cristianismo en el siglo VI cuando los textos empezaron a puntuarse de manera oficial.
En el siglo VII el eclesiástico Isidoro de Sevilla actualizó el sistema propuesto por Aristófanes, indicando la duración de la pausa: breve (punto bajo), media (punto medio) y larga (punto alto), más tarde cuando el rey Carlomagno ordenó a un monje llamado Alcuin idear un alfabeto unificado que pudiera ser leído por los súbditos de las tierras más lejanas fue cuando nacieron las que hoy conocemos como letras minúsculas.
Algunos datos curiosos
Inicialmente, los puntos suspensivos podían ser de tres a cinco esto sucedió hasta que la Real Academia instauró que solamente debían ser tres, ni más ni menos. Se sabe también que al principio el signo / era el que hacía las veces de lo que hoy conocemos como la coma (,), asimismo mientras que en algunos lenguajes se demanda un signo de apertura y otro de cierra al interrogar, en otros solo se utiliza el del final.