Algunas personas, por una razón o por otra, son más propensas de lo normal a sufrir calambres musculares. Esto es un inconveniente que puede afectar gravemente sobre el bienestar de las personas, ya que los calambres producen un dolor muy pronunciado y estas personas pueden sufrir varios de ellos cada día.
Con el frío, es posible que la frecuencia con la que se dan los calambres musculares aumente. Para evitar que esto ocurra es más importante prevenir que curar, ya que una vez empieza el calambre poco se puede hacer y sólo queda esperar a que se pase, experimentando mientras tanto un dolor importante.
Para evitarlos, una buena opción es realizar estiramientos cada mañana antes de salir de casa, y seguir realizándolos durante el día siempre que se tenga 5 minutos libres. También, si realizas ejercicio físico de forma habitual, debes recordar que un calentamiento deportivo adecuado es muy importante para evitar las lesiones, y te ayudará también a prevenir los calambres. Por otra parte, intenta beber como mínimo dos litros de agua diarios y vestir con ropa abrigada pero holgada, ya que la ropa apretada dificulta la circulación de la sangre y aumenta laprobabilidad de sufrir calambres musculares.
Finalmente, existen algunos trucos de nutrición que también pueden ayudarte a evitar los calambres. En este caso es recomendable asegurarse de tomar las cantidades necesarias de magnesio y potasio, por lo que los alimentos que se deben tomar son el plátano, los frutos secos y las legumbres.
Verás como siguiendo todos estos consejos tus calambres musculares se reducirán y el frío no hará que aumenten su frecuencia como te ocurría hasta ahora. Además, realizando estiramientos y el calentamiento deportivo antes de hacer ejercicio verás como poco a poco tus músculos serán cada vez más fuertes y flexibles y los calambres se irán reduciendo hasta desaparecer.